Ante todo, asegúrate de que la mascota que vas a cuidar esté vacunada contra la rabia. Este paso es fundamental para garantizar tu seguridad y la de tu mascota, ya que la rabia es una enfermedad grave que representa un riesgo para la salud y la vida tanto de humanos como de animales.
Si tienes alguna duda sobre el estado de vacunación del animal, solicita al propietario que te facilite el historial médico actualizado o un certificado de vacunación.
Además, asegúrate de que el propietario proporcione toda la información necesaria sobre las necesidades y costumbres del animal. Pregunta sobre:
- el tipo y la cantidad de comida que necesita (comida húmeda o seca),
- sus juguetes, actividades o lugares favoritos para pasear,
- necesidades de salud específicas, como medicamentos, restricciones alimentarias o limitaciones de movilidad,
- cómo reacciona ante otros animales y personas (incluidos los niños),
- cómo se comporta durante los paseos.
No olvides pedir también los elementos necesarios para facilitar el cuidado. El propietario debe proporcionar todos los objetos esenciales como comederos, correa, cama, juguetes y productos de higiene (por ejemplo, bolsas para residuos, caja de arena y arena).
Solo una preparación completa te permitirá garantizar el bienestar y la seguridad del animal, así como una buena colaboración con el propietario.